UN ANGEL LLAMADO MAMA

Cuenta la leyenda que un angelito estaba en el cielo, cuando Dios, lo llamó y le encomendó una misión, con dulce voz le dijo, tendrás que ir a la tierra y nacer como los humanos, serás un pequeño niño y crecerás hasta llegar a ser un hombre. Espantado el angelito, preguntó, pero Señor, ¿cómo haré para vivir tan pequeño e indefenso, quien me cuidará? - Entre muchos ángeles escogí uno para ti que te está esperando y te cuidará. - Pero dime, aquí en el cielo no hago más que cantar y sonreír, eso me basta para ser feliz… - No te preocupes, tu ángel te cantará, te sonreirá todos los días y tú sentirás su amor y serás feliz. - ¿Cómo entenderé lo que la gente habla si no conozco el idioma de los hombres? - Tu ángel te dirá las palabras más dulces y más tiernas que puedas escuchar y con mucha paciencia y con cariño te enseñará a hablar. - ¿Y qué haré cuando quiera hablar contigo? - Tu ángel juntará tus manitas y te enseñará a orar y podrás hablarme... - He oído que en la tierra hay hombres malos, ¿quien me defenderá? - Tu ángel te defenderá a costa de su propia vida. - Pero estaré triste ya que no te veré más. - Tu ángel te hablará siempre de mí y te enseñará el camino para que regreses a mi presencia, aunque yo siempre estaré a tu lado durante todo el tiempo que estés entre los hombres. El angelito ya empieza a escuchar las voces que venían de la Tierra y atemorizado y con lágrimas en los ojos, dijo... Dios mío, dime por lo menos el nombre de ese ángel que me cuidará,... “Su nombre no importa tú, le llamarás MAMÁ”

EL PODER DE LOS PEQUEÑOS ESFUERZOS

Quisiera compartir contigo un principio que te ayudara a alcanzar un máximo nivel de calidad en todo lo que emprendas y de esta manera construirás para ti un futuro poderoso. Las empresas japonesas utilizan desde hace tiempo esta técnica para alcanzar sus metas empresariales y seguir superándose. Si estas familiarizado con la supremacía empresarial japonesa, tal vez te sorprenda saber que antes de la segunda guerra mundial, muchas de sus empresas estaban mal dirigidas, poseían prácticas de gestión ineficaces y también había una baja moral entre los empleados, pero luego de la guerra, las empresas se encontraban sin recursos y con un país devastado. Para superar estas graves limitaciones, los empresarios, en vez de abogar por cambios radicales e innovadores para producir los resultados esperados, les instaban a los supervisores a buscar los centenares de "pequeñas cosas" que eran necesarias modificar, e ir corrigiéndolas de a poco, no intentaban planear una remodelación completa de la plantilla de trabajadores, ni una renovación total del equipamiento, no había tiempo ni recursos para tareas de tal envergadura, buscaban mejorar en los trabajos que ya existían y conservaban el equipamiento actual. Como seguramente sabes, las compañías japonesas que se reconstruyeron bajo estos principios de mejoras pequeñas y constantes, pronto alcanzaron gran nivel de rendimiento, producción y calidad, transformándose así en un icono de excelencia. La clave está en «El poder de los pequeños esfuerzos...» «Pequeños esfuerzos realizados en forma constante producen grandes resultados» La clave del éxito en la vida es fijarse metas y luego luchar con todas nuestras fuerzas para poder alcanzarlas. Seguramente tienes metas que planeas alcanzar, a corto mediano y largo plazo, metas a nivel económico, familiar, espiritual, personal, etc. Trazar metas es algo relativamente fácil, la parte más difícil se encuentra en la lucha diaria, cuando nos ponemos en acción y tratamos de concretarlas, es ahí donde muchos bajan sus brazos y se rinden sobrepasados ante los desafíos que tienen por delante. La idea de tener que hacer grandes cambios nos inmoviliza. Nos preguntamos "... ¿cómo hare para alcanzar mis objetivos, son demasiado altos, necesitaré hacer un gran esfuerzo, de donde sacare la energía necesaria para terminar y concretar mis sueños?, al no encontrar una respuesta favorable nos quedamos estancados, la mayor parte del tiempo, en la cómoda rutina. La clave para lograr un gran cambio está en llevara cabo los pequeños, esto es algo que tiene que ver con la inercia (la tendencia de los cuerpos en reposo o en movimiento a mantener su estado). Si caes en la inactividad y esperas que los cambios se produzcan por si solos, a menos que haya algún tipo de intervención divina, las cosas seguirán de la misma manera, ya que no es posible quebrar la ley de la inercia, pero si haces un pequeño movimiento hacia tu objetivo, el impulso de ese primer paso te activara y pronto estarás haciendo cambios significativos. Miremos por un instante como trabaja también este principio en las cosas negativas de nuestra vida. ...un poco de levadura leuda toda la masa...1º Corintios 5:6 ...un poco de sueño, un poco de dormitar, y cruzar por un poco las manos para reposo, así vendrá tu necesidad como caminante y tu pobreza como hombre armado... Proverbios 6:10-11 En la primera referencia el problema radica en permitir que pequeñas ideas, conceptos o doctrinas erróneas tengan lugar en nuestros pensamientos, lo cual producirá con el paso del tiempo un crecimiento descontrolado de falsas apreciaciones. En el segundo ejemplo habla por sí mismo... Cuando un emprendimiento fracasa… un matrimonio se destruye... pensamos que la causa de dicho fracaso radica en un hecho puntual y especifico, sin embargo, la causa, muchas veces se debe a la suma de pequeños factores, al parecer sin importancia, pero que van empujando lentamente y lanzan a las personas hacia un abismo de fracaso y dolor. No subestimes el poder de las cosas pequeñas, tanto en lo negativo como en lo positivo.... Imagina que quieres ahorrar una cierta suma de dinero, o quieres escribir un libro, o tal vez, componer una canción, empezar una dieta, establecer una relación...este principio te puede ayudar. Pequeñas acciones, realizadas en forma continua, te ayudaran a alcanzar tus sueños. Alguien dijo que: ...cinco minutos más, hacen la diferencia entre un aficionado y un Profesional... Cinco minutos más con tu conyugue... Cinco minutos más con tus hijos... Cinco minutos más con Dios... Cinco minutos más en tu sueño... Ahorrar unos pesos por día, escribir solo algunas líneas de tu artículo, colocarle título a tu canción, ingerir algunas calorías menos, caminar unos pasos más, hacer esa simple llamada telefónica o escribir un mensaje preguntando "¿cómo estás?"..., una sonrisa, una pequeña oración, decir: gracias… te amo… te extraño… eres importante para mí… perdóname... «Los grandes hombres de la historia, comenzaron con pequeños esfuerzos, pero por sobre todo con pequeños actos de amor, si te animas puedes hacer la gran diferencia»
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SIN LIMITES

Sin límites Una Mujer de 55 años visitaba a su hijo de 23 en la cárcel. Él estaba ahí por homicidio culposo ya que había atropellado a un niño al entrar a alta velocidad en una calle de sentido contrario, tratando de escapar de una patrulla policial que lo perseguía por haberse pasado un semáforo en rojo. Entró al penal mal herido y en silla de ruedas, ya que el padre de la víctima, casi lo mata a golpes. El joven le dijo a su madre: - Mamá, sabes muy bien, que no soy un asesino. Jamás pensé que algún día llegaría a cometer un acto como el que me ha traído a la cárcel. Tengo más dolor en mi corazón que en mi cuerpo a pesar de la paliza que me han dado. Lo que más me duele, es darme cuenta que desde niño me acostumbré a romper todas las reglas y a desobedecer, y que tú nunca me pusiste ningún límite. - Mi querido hijo, es que desde niño eras tan rebelde que jamás escuchabas mis consejos, nunca hacías caso, cada vez que te daba una orden, te ponías furioso, me desafiabas y hacías todo lo contrario, te burlabas de mí. Desde que empezaste a tener uso de razón, con tus berrinches lograste que tanto papa como yo, decidiéramos dejar de regañarte. Acuérdate cuando te decía que comieras las comidas que te preparaba para que crecieras sano y fuerte, a lo que me decías: Yo no quiero ser sano ni fuerte, no me importa, ¡déjame en paz!... Ordena tu cuarto: No voy a recoger nada, así estoy contento, ¡si quieres recógelo tú! No destruyas tus juguetes, cuídalos: No me importa yo quiero jugar así, y si no me compras cosas nuevas gritaré y lloraré hasta que me las compres. Recuerdo el día que dije en esta casa se hace lo que yo digo: No mamá, no lo haré ¡Ya no te quiero más y si me hablas así, me voy a ir de casa! ¡Basta ya mama! solo dime una sola cosa, ¿cómo es posible que mis padres, personas adultas, hayan obedecido y sido dominados por un niño, de pocos años? Hoy a mis 23 años estoy destruido, desdichado y sin futuro, de nada sirvió que estudiara o que no hayamos tenido problemas económicos. Maté a un niño y a sus padres les arruiné la vida. Tenían que haber mostrado una verdadera autoridad, y no dejarme hacer lo que quería y quizás ahora no estaría en este miserable lugar, porque un niño por más rebelde que sea, necesita que los padres le pongan límites. Si tu hijo estuviera a punto de caer en un precipicio y lo estuvieras sosteniendo de la mano, lo sujetarías con todas tus fuerzas, aunque le dañaras la mano, por una sola razón, salvarle la vida. Lo mismo debería suceder en cada hogar, la disciplina y las reglas, las deben establecer los padres y no los hijos. Un NO, de una madre o padre, no significa ser represivo, destructivo… por el contrario significa amor incondicional. La autoridad, bien empleada por parte de los padres, puede salvar a un hijo de caer en el precipicio de la vida, ya que en la mayoría de los casos tal vez no haya nadie a su alrededor que le sostenga la mano. «Si te sientes impotente como la madre de la historia, pídele ayuda a Dios, Él te dará las fuerzas, la sabiduría y las palabras adecuadas, para guiar a tu hijo, para que no termine, en la cárcel, en el hospital o peor aún en el cementerio»
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